Adaptarnos y prepararnos para los cambios extremos en el clima
Hay alerta en el mundo por el cambio climático y sus efectos nocivos y devastadores.
Hay alerta en el mundo por el cambio climático y sus efectos nocivos y devastadores.
Jairo Alberto Romero Rojas, profesor y director del Centro de Estudios Ambientales, así como director de la Especialización en Saneamiento Ambiental de la Escuela, analiza el tema.
Los cambios extremos en el clima han afectado a la humanidad desde tiempos inmemorables, y el ser humano se ha adaptado a estos cambios a pesar de las pérdidas tanto humanas como económicas.
La controversia científica sobre cómo el clima afecta y provoca eventos extremos específicos, como inundaciones, altas y bajas temperaturas, aguaceros intensos, tormentas y ciclones, ha llevado a reconocer que aún queda mucho por aprender sobre las causas de los cambios climáticos y los riesgos asociados a ellos.
El 18 de agosto de 1962, el desbordamiento del río Hacha en Florencia causó 30 muertos, 50 heridos y 100 desaparecidos, pero en ese momento no se atribuyó el evento al cambio climático.
Actualmente, se atribuye la ocurrencia de eventos climáticos extremos al calentamiento global causado por el uso de combustibles fósiles y el consiguiente aumento de gases de efecto invernadero. Sin embargo, solo existen unos pocos ejemplos de eventos extremos en lugares específicos.
El CO2 se considera el mayor contribuyente al calentamiento de la atmósfera o efecto invernadero (55%), aunque generalmente se desconoce que este efecto también se compensa con el enfriamiento causado por la reducción en la radiación solar debido a la niebla, el polvo, el humo y el hollín. Si no existiera el efecto invernadero, todos los océanos, ríos y lagos serían de hielo sólido con una temperatura promedio cercana a 0°C (Robison G.D., "Global Warning," Moonshine Cove Pub., 2012).
Los medios a menudo hacen sensacionalismo al mencionar cifras impresionantes, como la de los 8.000 millones de toneladas de carbono agregadas a la atmósfera por el uso de carbón y petróleo, pero ignoran que representan solo el 16% de la cantidad proveniente de la respiración animal. La existencia de cantidades mucho mayores de CO2 en la atmósfera durante la mayoría del tiempo geológico demuestra la ficción del escenario alarmista de un desborde del efecto invernadero (Robison G.D., "Global Warning," Moonshine Cove Pub., 2012).
Gracias al efecto invernadero, la temperatura promedio de la Tierra es de alrededor de 14°C.
A nivel mundial, los países que más contribuyen a las emisiones de CO2 son China (31%), Estados Unidos (14%), India (7,2%), Rusia (5%) y Japón (3,1%).
La contribución de Colombia es solo del 0,2% a nivel mundial, lo que indica que nuestro objetivo social debe centrarse principalmente en la erradicación de la pobreza, garantizando educación primaria y secundaria para toda la población, combatiendo las principales enfermedades, proporcionando agua potable al 100% de la población, reduciendo la deuda pública y ofreciendo pleno empleo productivo.
La política climática más prudente y realista es adaptarse y prepararse para los eventos y cambios extremos en el clima, independientemente de su origen, evitando caer en el dogma de que las emisiones de CO2 causarán un peligroso calentamiento global.
La transición propuesta hacia la energía limpia, reduciendo o eliminando las fuentes de energía convencionales, requiere la disponibilidad de los recursos necesarios para financiar la infraestructura requerida para la transición energética, sin aumentar los costos de la electricidad y sin perjudicar el crecimiento económico ni aumentar la pobreza.