Energía asequible y no contaminante
Agustín Marulanda y Javier Ruiz, profesores del Programa de Ingeniería Eléctrica de la Escuela, analizan el ODS número 7, Energía asequible y no contaminante.
Agustín Marulanda y Javier Ruiz, profesores del Programa de Ingeniería Eléctrica de la Escuela, analizan el ODS número 7, Energía asequible y no contaminante.
En el año 2015, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en conjunto con los líderes mundiales, adoptaron 17 objetivos globales con el fin de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de la humanidad. Los denominaron objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Entre estos se encuentra el objetivo 7, denominado “Energía asequible y no contaminante”, que busca garantizar una energía segura, sostenible y moderna para todos.
Dentro de las metas que se proponen en este objetivo se encuentran el aumento de la proporción de energía renovable, el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos, así como la mejora de la eficiencia energética. De este modo se espera solucionar algunos problemas que se evidencian en los indicadores registrados por la ONU: por ejemplo, el 13 % de la población mundial no cuenta con acceso a servicios modernos de electricidad, lo que implica que 3000 millones de personas dependen de la madera, el carbón o los desechos de origen animal para cocinar. La energía es el principal factor que contribuye al cambio climático y representa cerca del 60 % de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (Naciones Unidas, 2023). Es necesario continuar trabajando para mejorar esta situación o en el 2030 seguirán sin electricidad 674 millones de personas y 2300 millones usarán métodos contaminantes para cocinar (Iberdrola, 2023).
Por esta razón, el objetivo de desarrollo sostenible 7 establece las siguientes metas concretas para el 2030:
A escala mundial, el uso de la energía eléctrica es fundamental para el desarrollo sostenible de la sociedad; de ahí que se requiera en todos los desafíos y oportunidades hoy. Según la Agencia Internacional de Energía, la electricidad representa alrededor del 20 % del consumo final total de energía en el mundo, pero su participación en los servicios energéticos es mayor debido a su eficiencia. Es fundamental en muchos aspectos de la vida diaria y lo es aún más a medida que la electricidad se extiende a nuevos usos finales, como los vehículos eléctricos y las bombas de calor. El sector eléctrico representó el 59 % de todo el carbón utilizado mundialmente en 2021, junto con el 34 % del gas natural, el 4 % del petróleo, el 52 % de todas las fuentes renovables y casi el 100 % de la energía nuclear. Según la International Energy Agency (IEA), también representó más de un tercio de todas las emisiones de CO2 relacionadas con la energía en 2021 (IEA, 2022). Por esta razón, es prioritario incrementar las fuentes renovables de energía eléctrica para reducir las emisiones de CO2, hacer asequible la energía y modernizar la industria eléctrica.
Según estimaciones de la IEA, las fuentes de electricidad de bajas emisiones lideradas por las energías renovables representarán el 60 %, con lo cual superarán los combustibles fósiles para 2030, poniendo fin a décadas de crecimiento del carbón (IEA, 2022).
En Colombia, la Misión de Sabios de 2019 estableció que el país requiere mejorar la incorporación de fuentes no convencionales de energía renovables (FNCER), así como el desarrollo y apropiación de las tecnologías que permitan su aprovechamiento en el sistema energético nacional (Minciencias, 2019). De igual forma, el Estado colombiano, a través del Conpes 3918, definió sus estrategias para alcanzar el objetivo de energía asequible y no contaminante para todos los colombianos, entre las que se destacan una cobertura de energía eléctrica de 100 % para el año 2030 y el aumento del porcentaje de la capacidad instalada de generación de energía eléctrica que corresponde a fuentes renovables (Departamento Nacional de Planeación, 2018). Todo esto se está viabilizando a través de la Ley de 2099 de 2021 que traza la ruta de la transición energética en Colombia.
Con base en este panorama energético mundial y local, la Universidad Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito y el Programa de Ingeniería Eléctrica también han contribuido al desarrollo del objetivo 7. Actualmente, se cuenta con dos fuentes de energía renovable de tipo solar fotovoltaica, que producen en promedio 300 MWh al año, lo que permite abastecer alrededor del 20 % del consumo de electricidad de la universidad, y evita la emisión de 150 toneladas de dióxido de carbono al año, equivalente a 167 metros cúbicos de árboles. Este sistema de generación de electricidad es uno de los más grandes instalados en campus educativo a escala nacional y es un referente en Colombia.
De igual forma, en los programas de pregrado y posgrado en ingeniería eléctrica se llevan a cabo investigaciones y asignaturas que tienen como fin desarrollar competencias en el uso de las energías asequibles y no contaminantes, como por ejemplo el diseño de sistemas de energías renovables, recursos energéticos y comercialización de la energía, entre otras. Esto está orientado a que los sistemas eléctricos sean agentes integrados de energías limpias y tecnologías eficientes.
Hoy en día, la transición energética debe ir más allá de un cambio hacia una economía descarbonizada, basada en fuentes de energía renovables. Para cumplir con las metas que se propone el objetivo 7, la transición energética debe ser justa, incluyente, responsable y ordenada. En este sentido, el Programa de Ingeniería Eléctrica trabaja en proyectos que están alineados con la finalidad de transcurrir el camino hacia el desarrollo sostenible.
Destacamos el papel crucial de la ingeniería y la ciencia para el logro de cada uno de los 17 ODS.