El ODS # 5: Igualdad de género

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El siglo XXI ha estado marcado por la profundización de la lucha de las minorías por la reivindicación de sus derechos. Alguien se preguntará, con toda la razón, si acaso esa no ha sido la lucha evidente de las minorías a lo largo de la historia. Claro, lo que pasa es que en las últimas décadas han salido a la luz otras formas de ser minoría. Lo cierto es que, en general, tanto las minorías como los derechos que éstas reclaman merecen una atención mayor si se quiere dimensionar su verdadera situación. Al hacerlo, es muy probable que la conclusión sea que esas minorías representan en realidad a millones de personas en todo el mundo y que los derechos a los que aluden son todos y en toda su extensión, y por eso, van más allá del reconocimiento condescendiente con el que algunos pretenden satisfacerlos.

Consecuente con este clamor mundial, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) incluyó entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) éste, que busca reivindicar los derechos de las mujeres, las adolescentes y las niñas, cuya igualdad es esencial “para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible” (Pacto Mundial). Los propósitos relacionados con este ODS implican cambios profundos en materia económica, política y social, de manera particular en las áreas de la educación, la salud y el trabajo. Sobre este último, urge que el sector empresarial garantice tanto el acceso equitativo de las mujeres al trabajo como la remuneración digna y apropiada, según el nivel de desempeño.

Facilitar el acceso a los servicios de salud de las niñas, las adolescentes y las mujeres debe involucrar estrategias tanto de prevención de las enfermedades como de formación en los aspectos sexual y reproductivo, en la medida en que éstos contribuyen a su bienestar general y les permite llevar a cabo sus labores y, sobre todo, proyectar una vida laboral, académica, personal y familiar digna, en un entorno en el que concilien sus roles sociales sin tener que renunciar a alguno en especial.

Consecuente con este clamor mundial, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) incluyó entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) éste, que busca reivindicar los derechos de las mujeres, las adolescentes y las niñas, cuya igualdad es esencial “para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible” (Pacto Mundial). Los propósitos relacionados con este ODS implican cambios profundos en materia económica, política y social, de manera particular en las áreas de la educación, la salud y el trabajo. Sobre este último, urge que el sector empresarial garantice tanto el acceso equitativo de las mujeres al trabajo como la remuneración digna y apropiada, según el nivel de desempeño.

Facilitar el acceso a los servicios de salud de las niñas, las adolescentes y las mujeres debe involucrar estrategias tanto de prevención de las enfermedades como de formación en los aspectos sexual y reproductivo, en la medida en que éstos contribuyen a su bienestar general y les permite llevar a cabo sus labores y, sobre todo, proyectar una vida laboral, académica, personal y familiar digna, en un entorno en el que concilien sus roles sociales sin tener que renunciar a alguno en especial.

En materia de educación, los estados del mundo deben propender hacia un sistema que integre los aspectos formativos en un sentido amplio, sin discriminaciones de ningún tipo, de tal modo que las ciencias, la ingeniería, las matemáticas, el arte, la cultura… constituyan opciones reales para ellas, sin prejuicios y con una real exaltación de sus inclinaciones y sus talentos; sin embargo, esto no será posible si esas niñas y esas mujeres no se encuentran en condiciones físicas y mentales adecuadas para afrontar los desafíos naturales del aprendizaje y el ejercicio de una profesión o un oficio. De ahí que la salud, el ambiente familiar y social y la satisfacción de las necesidades básicas constituyan los pilares de un ambiente propicio para el desarrollo integral de niñas, adolescentes y mujeres.

Colombia: estado del ODS 5

Basados en los Principios Calvert para las Mujeres (Unifem, 2004), ONU Mujeres y el Pacto Global desarrollaron los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres, que “hacen énfasis en la acción de las empresas para promover la equidad de género. Además, orientan a las organizaciones sobre elaboración de programas de responsabilidad social corporativa incluyentes y que permiten informar su compromiso a los stakeholders”.

En el país, la Comunidad Empresarial Weps Colombia, con el lema “La igualdad es buen negocio”, impulsa estos siete principios que, en síntesis, promueven la igualdad de género; el trato equitativo de hombres y mujeres, el respeto de los derechos humanos y la no discriminación; la salud, la seguridad y el bienestar de las trabajadoras; la educación, la formación y el desarrollo profesional; prácticas de desarrollo empresarial que empoderen a las mujeres; la igualdad mediante iniciativas comunitarias y el liderazgo a partir del ejemplo, y la evaluación y difusión de los progresos alcanzados en materia de igualdad de género.

Estamos a siete años de que se venza el plazo para lograr las metas de la Agenda 2030. En lo relacionado con este ODS, hay mucho por hacer todavía en cuanto a poner fin a la discriminación, así como a la violencia y la explotación contra las mujeres, las adolescentes y las niñas; eliminar los matrimonios forzados y la mutilación genital; valorar las labores de cuidado y el trabajo doméstico no remunerado y promover las responsabilidades domésticas compartidas; brindar igualdad de oportunidades y participación en posiciones de liderazgo; garantizar el acceso universal a los derechos y a la salud reproductiva; asegurar la igualdad de acceso a recursos económicos, posesión de propiedades y servicios, y promover el empoderamiento de las mujeres a través de la tecnología.

Al revisar los avances de Colombia en lo referente a la Agenda 2030, particularmente en relación con el ODS 5 (DNP, s.f.), si bien las cifras no reflejan la situación actual (algunas metas tienen reportes de hace ocho años), se concluye que difícilmente el Gobierno nacional va a cumplir las 16 metas que se trazó en materia de equidad de género. La situación es preocupante: “Como señala el Fondo Económico Mundial (2021), se estima que se necesitarán 135,6 años para eliminar las desigualdades de género en el mundo, muchos más años que con relación al año 2020, en el que se estimaba que se necesitarían 99,5 años; este dato aumentó debido a la pandemia del covid-19, puesto que se considera un factor que retrasó el logro de la igualdad a una generación más” (Chamorro, Rangel & Acevedo, 2022).

En el tiempo que resta, les corresponde tanto a los organismos gubernamentales como a la empresa privada, las instituciones educativas y la sociedad civil fortalecer los mecanismos que permitan que las niñas, las adolescentes y las mujeres mejoren sus condiciones de vida. Esto redundará en beneficio no sólo de ellas, sino del país y del mundo.

Referencias

Chamorro G., C., Rangel G., D. & Acevedo V., J. M. (2022). Revisión del cumplimiento del ODS-5 (igualdad de género) en el contexto colombiano. Revista Criterio Libre.

Comunidad Empresarial Weps Colombia. (s.f.). Women’s Empowerment Principles.

Departamento Nacional de Planeación (DNP). (s.f.). Más sobre el objetivo 5. Metas trazadoras.

Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem). (2004). Los Principios de la Mujer de Calvert.

Organización de las Naciones Unidas (ONU). (2023). Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

Organización de las Naciones Unidas (ONU). (2023). Igualdad de género: por qué es importante.

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