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"Hay que aceptar que la tecnología llega, pero sin perder de vista al ser humano"

Con motivo del Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, Henry Moreno Mosquera, profesor de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito y experto en telecomunicaciones, analiza cómo este tema influye en la sociedad moderna y la manera en que interactuamos en la actualidad.

El mundo actual está caracterizado por comunicaciones instantáneas desde cualquier lugar del mundo, por herramientas tecnológicas cada vez más sofisticadas y dispositivos con los que podemos acceder a toda la información del mundo con un solo clic.

Pero, ¿cuáles son los desafíos y oportunidades que traen consigo esta evolución? ¿Cómo una sociedad interconectada puede, contradictoriamente, presentar deficiencias en comunicación?

El ingeniero electrónico y de sistemas Henry Moreno Mosquera -profesor de la Escuela Colombiana de Ingeniería, especialista en telecomunicaciones móviles y magíster en Ingeniería de Telecomunicaciones- dilucidó lo que caracteriza a la realidad colombiana y mundial en los aspectos en que es experto. Lo anterior, con motivo del Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información,

¿Cómo han evolucionado las telecomunicaciones en los últimos años para transformar la forma en que nos comunicamos y accedemos a la información?

En cuanto a este tema, cabe resaltar que los dos avances más relevantes en los últimos 40 años han sido el internet y la telefonía celular. Esto hizo que todo el mundo y la humanidad cambiara. Y hoy día, las dos son el soporte de todo lo que se está desarrollando en todas las formas de producción y la sociedad de servicios y de consumo. Por ello, esto causó que la mayoría de empresas y la población se volcaran hacia esas tendencias, por lo que estas tecnologías han adquirido un auge importante en cualquier comunidad (ya sea social, de producción o científica), que se soportan en herramientas TIC (Tecnología de Información y Comunicaciones).

Actualmente, es usual encontrar empresas en las cuales aproximadamente el 20 por ciento de su presupuesto se está yendo a suplir todo el tema que son las TIC, e incluso aún más luego de que llegara la pandemia de Covid-19 y algunos migraran a la virtualidad.

Claramente hay empresas que dedican su 50 por ciento, o es lógico pensar en empresas, como las dedicadas a telefonía, que abocan casi su 80 o 100 por ciento. Pero empresas como la banca, hoy en día, ya están visualizando la inversión cercana al 20 por ciento. Así mismo, en las entidades del Estado también se está viviendo eso de abocar mayor dotación. Sin ir muy lejos, en el Sena (que es una entidad del Estado), tienen un aproximado de entre 500 mil y 600 mil millones de pesos anuales destinados para temas de tecnología.

Entonces, eso hace que se hayan suprimido toda una cantidad de medios que tradicionalmente fueron las formas como nuestros antepasados, en generaciones atrás, se soportaban en sus formas de comunicación. Por ejemplo, medios físicos como el teléfono tradicional, la radio o los telegramas. Todas estas cosas que sucedían hace unos 30, 40 o 50 años cambiaron gracias a los medios de conectividad y comunicación actuales.

Con la rápida expansión de la conectividad global, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentamos en términos de garantizar que todas las personas, independientemente de su ubicación o nivel socioeconómico, tengan acceso equitativo a las telecomunicaciones y la información?

En este sentido, se deben revisar dos aspectos: a nivel mundial y a nivel local, en especial en lo referente al tema de lo que se conoce como brecha digital.

En la UIT (Unión Internacional de las Telecomunicaciones), en aras de formular estrategias con motivo de la celebración del Día Mundial de las Telecomunicaciones, se va a tratar muchos temas; entre ellos, el de cómo cerrar la brecha digital. Es decir, cómo lograr que toda esta tecnología (por ejemplo, el internet, la conectividad por medio de celulares, y todo lo que enmarcan las redes convergentes que se unen en una sola) llegue a toda la humanidad.

Cabe resaltar que hay países que se certifican como conectados con banda ancha, como es el caso de Corea del Sur. Y al tener banda ancha, se asegura la conectividad de básicamente cualquier ser humano.

En contraste, aquí en Colombia todavía estamos un poco lejos de eso. Tan lejos estamos, que podemos traer un caso en particular a colación: la televisión. Todavía el Estado obliga a que haya televisión radiada. Por este motivo es que canales como Caracol y RCN tienen TDT (televisión digital terrestre); es una obligación del Estado darle servicio gratis de televisión a cualquier colombiano.

Como aún en el campo hay muchos sitios donde no llega la conectividad, esta es una realidad en la que se debe trabajar. Y los últimos gobiernos colombianos han invertido en esto, como es el caso de lo que se conoce como Triple Play: televisión, internet y datos. No obstante, es una red subutilizada.

Todos nos damos cuenta que por ejemplo, cuando vamos viajando de Bogotá a Girardot, se va la señal. Eso no sucede en un país como Corea; en todo lado hay señal, de cualquiera de los operadores. Aquí no ocurre eso, y por eso se da ese tradicional 'pinponeo' de estar cambiando entre operadores dependiendo de cuál tiene cobertura en determinadas áreas. Todos buscamos la forma de armonizar con este fenómeno.

Entonces ese tema de brecha digital está muy lejos todavía; en Colombia, se espera que ahorita con el desarrollo de la tecnología 5G se pueda llegar a hacer ese tipo de cubrimiento.

La tecnología 5G ha generado una gran expectativa en términos de su impacto potencial en diversos sectores. ¿Cómo cree que la implementación de 5G transformará nuestras sociedades y qué oportunidades y desafíos presenta este cambio?

Cabe aclarar que yo no definiría su implementación en Colombia como algo masivo. Esto, debido a que la política con la cual se adjudicaron los recientes contratos de concesión no garantizan inicialmente cubrimiento total. Y si ustedes escuchan los anuncios que se hacían en su momento (por ejemplo por parte de Claro, que fueron de los primeros operadores en darle entrada al tema del 5G), se tienen alianzas y estrategias con entidades como Ecopetrol, donde ellos están utilizando las redes 5G para mejoramiento de la industria. Y se está comenzando a pensar en una industria 5.0. Siendo así, temas como el 'Internet de las cosas' y 'Smart Cities' se soportan en esa tecnología.

Entonces, considero que vamos a tener más aprovechamiento y soluciones para la humanidad y la sociedad en temas como peajes, control óptimo de ciudades, semaforización, manejo de rutas, automatización, transmisión de datos, gestión de redes, entre otros.

Ahora bien, sí se prevé -por ejemplo- que con la implementación de 5G se cubra todo lo relativo a la telefonía fija, pero ya telefonía fija inalámbrica, que es otro concepto: ya no más cobre. Sin embargo, en lugares como Bogotá, el cubrimiento de 5G se está dando más por el lado del norte de la ciudad. Esto implica que el cubrimiento no es homogéneo en toda la ciudad, y en otros pueblos tampoco. Más aún, si un plan de datos de este tipo implica un gasto monetario que no cualquier persona se puede costear. Por ello, no es algo que hoy día considere masivo; son aproximaciones muy puntuales, aunque hay oportunidades de implementación a futuro. Eso sí, es una realidad que ya nos llegó y no se puede ignorar.

La privacidad y la seguridad de los datos personales son preocupaciones cada vez más importantes en la era digital. ¿Qué medidas cree que deben tomarse a nivel global para garantizar que se respeten adecuadamente?

En el caso de Colombia, no es algo que parece respetarse especialmente. Esa información, que debería ser reservada y cobijada por políticas y acuerdos de confidencialidad, no se respeta. Por ello, debería establecerse una ley efectiva, pero el país está en mora. Una regulación con castigo, porque las leyes son para cumplirlas. Y otras personas me dicen que esta problemática es algo que se presenta a nivel mundial, en todo país.

Sería importante que la UIT y otras entidades, que regulan todos estos temas, analicen más el tema y propongan soluciones. Ojalá que las discusiones en este sentido fueran encaminadas a vigilar esta situación.

En el contexto de la creciente dependencia de la tecnología en nuestras vidas diarias, ¿cuál es tu visión del futuro de las telecomunicaciones y la sociedad de la información? ¿Qué tendencias emergentes cree que tendrán el mayor impacto en los próximos años?

En todas las áreas hay algo emergente. En este momento estamos, por ejemplo, en una encrucijada con el tema de la inteligencia artificial, que está aplicando a todo: las telecomunicaciones, la sociedad, la producción, etcétera. Ese no es el futuro, es el presente. Eso está haciendo que, acompañado de las TIC, haya una posibilidad de una gran generación de desempleo.

Así mismo, hay avances tecnológicos cotidianos que están haciendo que la sociedad cambie y, en ocasiones, que se pierdan unos principios fundamentales sobre los cuales descansaba la formación del ser humano, y era el componente social: es más fácil mandar un mensaje que conectarnos y conversar. La humanidad está perdiendo la capacidad de hablar. Perdió la capacidad de tener una charla de 5 minutos. ¿Por qué? Porque anteriormente a uno le hacían una pregunta y uno respondía en seguida. Ahora, a uno le mandan un mensaje y uno dura dos horas hasta que toma valor para responderlo. Todo eso está haciendo que las juventudes se enfrenten a problemas descomunales.

Definitivamente está cambiando la forma del comportamiento de los seres humanos, y no solo de los jóvenes, sino también en los adultos. Ya los trabajadores prefieren la virtualidad, porque se ahorran los trancones y demás gastos. Entonces, si bien es cierto que las TIC evolucionan día a día, que aumenta la política de ancho de banda y que se aseguran muchos más recursos, esto dificulta que la sociedad conviva entre sí, y en aspectos que no son solamente relativos a la producción.

Hoy en día, yo no sé cuál es la solución. Lo único que sí sé es cuál es mi angustia. Sí me preocupa muchísimo cómo va a ser el comportamiento de la humanidad en unos 10 o 20 años, con capacidades de diálogo o interacción limitadas. Hay que aceptar que la tecnología llega, pero sin perder de vista lo que era el humano como ser humano. Eso es a lo que más hay que trabajarle, pero dificilísimo llegar a un punto donde nosotros podamos cambiar. Esto le toca, a uno como ser humano, adaptarse.