La vida de los ecosistemas terrestres
Los biólogos y profesores de la Escuela, Gladys Rocío González Leal y Camilo Cortés Cuéllar, analizan la vida de los ecosistemas terrestres, ODS # 15.
Los biólogos y profesores de la Escuela, Gladys Rocío González Leal y Camilo Cortés Cuéllar, analizan la vida de los ecosistemas terrestres, ODS # 15.
El objetivo de Desarrollo Sostenible número 15, “Vida de los ecosistemas terrestres”, busca proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señaló que el porcentaje de enfermedades infecciosas nuevas en humanos está estrechamente relacionado con la salud de los ecosistemas por cuanto, al invadir los ecosistemas, el ser humano entra en contacto con la fauna y la flora silvestre, lo que permite que organismos patógenos presentes en estas especies se propaguen. Esto aumenta el riesgo de aparición de enfermedades y de su amplificación a través de la cadena alimenticia.
Desde este contexto debemos conocer que un ecosistema es la interacción de los organismos vivos con su medioambiente abiótico en un área determinada con flujo de energía y ciclaje de materia, en donde cada uno influye sobre las propiedades del otro y en conjunto son necesarios para el mantenimiento de la vida.
Los ecosistemas difieren unos de otros con respecto al tamaño, la localización, los patrones climáticos afectados por la temperatura, las lluvias, la humedad; aspectos como la altitud, la latitud y la biodiversidad vegetal y animal en un constante intercambio de energía y materia.
La Organización de las Naciones Unidas ha declarado el periodo 2021-2030 como la Década para la Restauración de los Ecosistemas. La pérdida y degradación de los hábitats invita a reflexionar sobre la necesidad de la restauración de la relación de los seres humanos con la naturaleza. Todos los seres vivos dependen de la naturaleza para su supervivencia. La actividad humana ha desplazado la fauna y flora a un rincón del planeta cada vez más pequeño. Alrededor de un millón de especies de animales y plantas se encuentran en peligro de extinción, de acuerdo con el Informe de Evaluación Global sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos de 2019.
Los ecosistemas se están deteriorando de forma acelerada, lo cual afecta los cimientos de la economía, la seguridad alimentaria, la salud y la calidad de vida en todo el mundo.
En 2020, el estado de los bosques del mundo destacaba que alrededor de unos 420 millones de hectáreas habían desaparecido desde 1990. Los bosques desempeñan un papel esencial contra el cambio climático; la deforestación y desertificación los está eliminando.
Las metas del objetivo de desarrollo sostenible “Vida de los ecosistemas terrestres” buscan:
1- Promover la gestión sostenible de todos los tipos de bosques, poner fin a la deforestación, recuperar los bosques degradados e incrementar la forestación y la reforestación a escala mundial.
2- Para 2030, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, velar por la conservación de los ecosistemas montañosos, incluida su diversidad biológica, a fin de mejorar su capacidad de proporcionar beneficios esenciales para el desarrollo sostenible.
3- Adoptar medidas urgentes para poner fin a la caza furtiva y el tráfico de especies.
La conservación y el mantenimiento de la biodiversidad como pilares fundamentales del desarrollo sostenible enmarcados en el ODS 15 contribuyen al equilibrio y la promoción de las múltiples actividades socioeconómicas de las comunidades, principalmente las relacionadas con la agricultura, la ganadería, la pesca y la silvicultura.
En ese orden, cerca de la mitad de la población mundial depende de los recursos naturales (agua, suelo, fauna y flora) para su sostenimiento y las más vulnerables de la diversidad biológica (fauna y flora).
De estas dos poblaciones, la que más impacta los ecosistemas son las segundas, dado que carecen de accesibilidad a los recursos naturales ya mencionados; adicionalmente, los problemas derivados de la falta de saneamiento ambiental y salud pública, y las viviendas ubicadas en sectores silvestres, promueven que las poblaciones vulnerables asentadas impacten los suelos, fomenten la deforestación, la fragmentación del hábitat y el efecto de borde, intensificando las fronteras agrícolas, la cacería de fauna silvestre y la remoción de especies vegetales nativas.
Para mitigar los factores deletéreos mencionados anteriormente, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) ha trazado los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que están articulados a las Metas de Aichi para el cumplimiento del Plan Estratégico de la Diversidad Biológica 2011-2020 que propenden a:
Destacamos el papel crucial de la ingeniería y la ciencia para el logro de cada uno de los 17 ODS.