Los siniestros viales son un fenómeno que está muy presente en la cotidianidad colombiana. Cada semana se escuchan noticias de accidentes que, ya sea por fallas humanas o mecánicas, cobran múltiples vidas. De ahí que, tal como recuerda José Ignacio Lijarcio Cárcel, Doctor en Psicología de la Universidad de Valencia, así como profesor de la Maestría en Ingeniería Civil y del curso "Seguridad vial y movilidad sostenible" de la Escuela Internacional de Verano de la Escuela, “en el año 2023 murieron más de 8.500 personas en accidentes de tráfico” en el país.
Estas cifras recuerdan la importancia de investigar con esmero y profundidad todas las aristas que caracterizan al fenómeno de los siniestros viales. Así mismo, son un sólido argumento en pro de la investigación académica que busque identificar las causas de los mismos, así como el fomento de soluciones que hagan frente a esta problemática. En últimas, la disciplina ingenieril brinda útiles herramientas para ponerle freno a un fenómeno que cada año afecta a miles de personas en todo el mundo.
Para entender mejor esta temática, el doctor Lijarcio dio su perspectiva profesional y recordó en qué se debe hacer énfasis para comprender la naturaleza de los siniestros viales desde la perspectiva de la salud pública.
¿Qué oportunidades diagnostica usted en cuanto a prevención, protección y reparación de siniestros viales en Colombia?
Creo que Colombia lo está haciendo bien y que está mejorando. Sin embargo, considero que hay que establecer unas buenas políticas por parte de los organismos nacionales y municipales de seguridad que vayan en conjunto y que tengan una línea de continuidad. Y que a partir de la tríada prevención, protección y reparación se vayan pensando en medidas a corto, mediano y largo plazo, con objetivo y cumplimiento. Además, es importante que haya una promoción, que haya recursos y que se desarrollen nuevas medidas preventivas y protectoras desde un punto de vista de la ingeniería, así como investigar y evaluar para conocer qué se está haciendo bien.
Trabajemos también en el ámbito de la educación y la formación, en la prevención y en la salud vial, expliquemos cómo se desarrollan las infraestructuras a la ciudadanía. Intentemos dar la mejor calidad y el mejor acompañamiento a las personas que quedaron “rotas” porque perdieron a sus papás, a sus mamás, a sus hijos o a sus hijas que un día salieron y perdieron la vida en la vía.
El daño psicológico que produce este arrebato de la vida por un siniestro de tráfico es difícil de llevar, y desde el punto de vista de la ingeniería podemos hacer cosas para mejorar la movilidad.
Un país o una ciudad bien conectados por la infraestructura son espacios de progreso y desarrollo económico. Y si además esta infraestructura es segura, amable e inteligente, seguramente haremos un mejor país.
¿Cuáles tecnologías cree que se pueden aplicar efectivamente en Colombia para hacer frente a la problemática de los siniestros viales?
En el ámbito del tráfico, para reducir la siniestralidad y mejorar la movilidad, existen diferentes soluciones tecnológicas. Si hablamos de las que están relacionadas con los vehículos, hablamos en primer lugar de los vehículos con altos niveles de conducción automatizada. Sin embargo, aún no estamos en una realidad en que se hable de vehículos autónomos. Actualmente son vehículos apoyados con Sistema ADAS, por sus siglas en inglés (Advanced Driver Assistance Systems), que significa Asistentes de Ayuda a la Conducción. Estos sistemas están ya introduciéndose en los mercados y existen vehículos que ya vienen con ellos. Con lo cual, sistemas como el de lectura de señales, el desplazamiento del carril involuntario, el control de velocidad inteligente, detectores de peatones, vehículos u otro tipo de obstáculos, son elementos que nos ayudan a leer la carretera y a tomar decisiones seguras.
Por otra parte, en lo referente a la infraestructura, las municipalidades tienen que estar conectadas para tomar decisiones y gestionar la movilidad y la seguridad vial en tiempo real: lo que necesitamos en cada parte de la ciudad o de la municipalidad en un momento determinado, como las horas pico. De la mano con esto, podríamos incentivar mejoras en el transporte público para que los accesos a las ciudades como Bogotá u otras municipalidades se den de mejor manera.
En resumen, las ciudades tienen que estar conectadas para que los gestores de la infraestructura puedan tomar buenas decisiones frente a la movilidad y la reparación, en dado caso de que hubiera un siniestro, así como en pro de proteger a los vulnerables. Por ejemplo, por medio de pasos de peatones bien iluminados, con detección de movilidad.
Existen diferentes soluciones tecnológicas que podemos aplicar, y hay que aplicarlas en todas las infraestructuras, analizando primero en qué casos podemos aplicarlas. Además, se debe educar al usuario para que las use y así tome decisiones seguras y eficientes.
¿Cómo la disciplina ingenieril puede crear sinergia con otros sectores para abordar el tema de los siniestros viales de manera efectiva?
Lo que más les impacta a los alumnos de la Escuela de Ingeniería cuando empiezo a trabajar con ellos es cuando les digo que yo soy psicólogo, y que ellos ponen el cemento en la infraestructura y yo pongo el corazón y la mente. Es decir, intentamos compaginarnos. Porque si la infraestructura es para un tipo de usuario, debemos tener claro cuáles son sus características y saber cómo la vamos a hacer. Entonces hay diferentes tipos de trabajos: auditorías, encuestas y soluciones que debemos pensar.
Está claro, lo que ya no nos dicen los diferentes estudios e investigaciones: no podemos trabajar solos. El ingeniero no proyecta la vía en marcha y se va, o luego la audita y se va; hay que tener en cuenta otro tipo de variables. Estamos en una nueva forma de ver el mundo y de entender la infraestructura y la movilidad conectada. Y eso tenemos que hacerlo en función de cómo son nuestros usuarios, teniendo en cuenta todo tipo de variables: comodidad, rapidez, visibilidad, seguridad, iluminación, etcétera. Intentemos, a cada uno de los problemas que podemos plantear, buscar soluciones multidisciplinares.
Pero las soluciones no las hace solo el ingeniero: las hace también la persona técnica, el político, el psicólogo, el usuario de la infraestructura, el funcionario del ayuntamiento o del Ministerio de Transporte o de Salud. Incluso, contemos con las asociaciones de víctimas y lesionados. Es una cuestión de todos. Entonces, aprendamos a que, con una visión global, integradora y con equipos multidisciplinares daremos las mejores respuestas.
¿Cuál es el mensaje clave que le gustaría transmitir a los estudiantes que deseen conocer más acerca de la siniestralidad vial?
Yo me siento muy orgulloso de trabajar en la Escuela de Ingeniería. Y les puedo comunicar que el trabajo que se hace dentro de la Maestría en Ingeniería Civil y en su énfasis de Seguridad Vial. Hemos hecho mucho hincapié para hacerlo bien, y no dejar pasar esta oportunidad de trabajar en el tema de la siniestralidad vial y estudiarlo. Posiblemente podamos encontrar soluciones que en otros sitios o en otras universidades no vamos a encontrar.
En últimas, es una labor que está muy bien pensada. Hay un equipo altamente cualificado y preparado. Y considero que hay muchos tipos de ingenieros, pero dedicados al transporte, al tráfico y a la movilidad no hay tantos. Y multidisciplinariamente que trabajen equipos tan grandes, tampoco. Con lo cual, yo creo que la Escuela y este énfasis da una muy buena respuesta profesional, con un gran nivel y con un equipo de profesores maravilloso que puede dar respuesta a estas necesidades. Es una oferta formativa que yo no dejaría pasar, porque considero que se puede implementar al perfil de los ingenieros y así complementarlo, en aras de convertirse en un gran profesional. Esa es la misión que tiene todo el equipo de profesores.