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MYRIAM ASTRID ANGARITA

Universidad Militar reconoce el liderazgo educativo de la Rectora Myriam Astrid Angarita Gómez

"Construir una visión educativa ha sido un proceso de aprendizaje continuo, en el que he procurado integrar la innovación, la equidad y la excelencia académica", expresó la ingeniera Angarita Gómez durante el evento en el que se reconocieron los logros de las mujeres líderes en el mundo educativo.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Universidad Militar Nueva Granada otorgó la Medalla al Mérito Universitario de Rectoría en la categoría de Servicios Distinguidos a la Institución a la ingeniera Myriam Astrid Angarita Gómez, en reconocimiento a su esfuerzo, dedicación y contribución al desarrollo institucional y social desde su destacada labor como Rectora de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.

“Su trabajo y compromiso han sido fundamentales para el fortalecimiento de nuestra comunidad académica y para la construcción de un futuro más equitativo e innovador para el país”, expresó el mayor general Javier Alberto Ayala Amaya, rector de la Universidad Militar, durante la ceremonia en la que también fueron homenajeadas las rectoras de las universidades del Rosario y de El Bosque, Ana Isabel Gómez Córdoba y María Clara Rangel Galvis, respectivamente.

Durante su intervención, la Rectora compartió parte de su historia personal y su camino hacia el liderazgo educativo, reflexionó sobre el futuro de la educación y su legado como Rectora, así como sobre el liderazgo femenino en la educación, su impacto en la sociedad y los desafíos que enfrenta en su rol, detallando las estrategias que emplea para superarlos.

MYRIAM ASTRID ANAGARITA GÓMEZ

Historia personal y camino hacia el liderazgo educativo

“Cada líder tiene una historia única que lo lleva a asumir roles de liderazgo en la educación. En mi caso, mi camino ha estado marcado por una pasión profunda por el aprendizaje y la transformación social a través de la educación. Desde mis primeros años como estudiante, comprendí que la enseñanza no solo transmite conocimiento, sino que también construye oportunidades y abre puertas.

“Mi trayectoria ha estado guiada por la convicción de que la educación es el motor del cambio social. A lo largo de mi carrera, he encontrado inspiración en grandes mentores y colegas que me han impulsado a asumir mayores responsabilidades y desafíos. Decidir ser Rectora no fue solo un paso en mi desarrollo profesional, sino un compromiso con la mejora de la educación y la formación de nuevas generaciones.

“Construir una visión educativa ha sido un proceso de aprendizaje continuo en el que he buscado integrar la innovación, la equidad y la excelencia académica. La clave ha sido mantener una mentalidad abierta, entender los cambios globales, y trabajar en equipo para impulsar transformaciones que generen impacto en los estudiantes y la sociedad”.

Futuro de la educación y legado como rectora

“Visualizo la educación del futuro como un sistema más flexible, inclusivo y conectado con las necesidades de la sociedad y el mundo laboral. La tecnología juega un papel fundamental en este proceso, pero no basta con digitalizar la enseñanza; debemos humanizarla y garantizar que siga siendo un espacio de desarrollo integral.

“Uno de mis mayores objetivos como Rectora ha sido fomentar una educación basada en la calidad, la equidad y la innovación. Mi legado lo imagino como una comunidad académica fortalecida, con un modelo educativo que brinde herramientas a los estudiantes para enfrentar los desafíos del siglo XXI.

“Espero que, cuando se mire atrás en el tiempo, se reconozca que contribuí a crear espacios de aprendizaje más inclusivos, a fortalecer la educación con una visión de sostenibilidad y a inspirar a más mujeres a asumir roles de liderazgo en el ámbito educativo”.

“El liderazgo femenino en la educación es una pieza clave para la transformación de la sociedad. La diversidad de perspectivas en la toma de decisiones genera modelos de enseñanza más inclusivos, promueve políticas equitativas y abre oportunidades para nuevas generaciones de mujeres líderes".

Ingeniera, Myriam Astrid Angarita Gómez, Rectora de la Escuela Colombiana de Ingeniería.

Liderazgo femenino en la educación y su impacto en la sociedad

“El liderazgo femenino en la educación es una pieza clave para la transformación de la sociedad. La diversidad de perspectivas en la toma de decisiones genera modelos de enseñanza más inclusivos, promueve políticas equitativas y abre oportunidades para nuevas generaciones de mujeres líderes.

“A lo largo de mi carrera, he enfrentado, he enfrentado retos asociados a la equidad de género, desde la necesidad de demostrar constantemente mis capacidades hasta la dificultad de equilibrar la vida personal y profesional. Sin embargo, cada obstáculo ha sido una oportunidad para Reafirmar que el liderazgo femenino aporta innovación, resiliencia, y una visión integral al ámbito académico.

“Para seguir avanzando, es esencial implementar políticas institucionales que garanticen igualdad de oportunidades, fortalecer redes de mentoría para mujeres y fomentar un cambio cultural que valore y promueva el liderazgo femenino. No solo se trata de tener más mujeres en puestos de poder, sino de generar un entorno donde todas puedan crecer y aportar a la construcción de una sociedad más justa y equitativa”.

Desafíos en el rol de Rectora y estrategias para enfrentarlos

“El liderazgo en la educación superior conlleva desafíos constantes. Uno de los más significativos ha sido la gestión de cambio en un entorno en constante transformación. Desde reformas académicas hasta la implementación de nuevas tecnologías, cada decisión requiere un equilibrio entre innovación y sostenibilidad institucional.

“Otro reto ha sido la construcción de un equipo de trabajo sólido, con una visión compartida y un alto sentido de compromiso. La clave para superarlo Ha sido la comunicación efectiva, la confianza y el trabajo colaborativo. Un líder no tiene todas las respuestas, pero debe rodearse de personas con talento y capacidad para aportar soluciones.

“Además, la educación enfrenta desafíos estructurales como la financiación, la inclusión y la mejora continua de la calidad. Enfrentarlos implica una gestión estratégica basada en datos, pero también en valores humanos. La educación no es solo cifras e indicadores; es la formación de ciudadanos críticos y comprometidos con la sociedad.

“Finalmente, el desafío personal de equilibrar la vida profesional con la personal ha sido constante. El liderazgo exige tiempo y dedicación, pero también es importante cultivar espacios de bienestar para seguir inspirando y transformando desde la vocación educativa”, expresó la académica.