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María José Bernal Maestría Electrónica (1)

“La Escuela da las bases para ser un profesional de talla mundial”

María José Pinto Bernal se graduó de la 𝐌𝐚𝐞𝐬𝐭𝐫𝐢́𝐚 𝐞𝐧 𝐈𝐧𝐠𝐞𝐧𝐢𝐞𝐫𝐢́𝐚 𝐄𝐥𝐞𝐜𝐭𝐫𝐨́𝐧𝐢𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐄𝐬𝐜𝐮𝐞𝐥𝐚. Actualmente está realizando su doctorado en Bélgica. Con un enfoque biomédico y motivada por su interés en la rehabilitación, participa en un proyecto que busca brindar compañía a adultos mayores a través de robots sociales.

María José Pinto Bernal, de 26 años, es graduada del Programa de Ingeniería Biomédica de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito y de la Universidad del Rosario. Asimismo, completó su Maestría en Ingeniería Electrónica en la misma institución, enfocando sus estudios en ingeniería biomédica e investigación.

Pinto Bernal concluyó su maestría en 2021 y, previo a la defensa de su tesis, obtuvo una beca para realizar un doctorado en la Universidad de Gante, en Bélgica. De esta manera, viajó a finales de enero de 2022 para iniciar esta nueva etapa de su vida, residiendo desde entonces en este país europeo y avanzando en su carrera profesional.

“Llevo dos años realizando mi doctorado, el cual se enfoca en inteligencia artificial aplicada en la interacción humano-robot, y todo ha progresado favorablemente. Los conocimientos y bases adquiridos durante mi formación académica y en la Escuela han sido sólidos y han sido de gran ayuda en mi trayectoria actual”, argumentó Pinto Bernal.

Con el fin de comprender más sobre su desarrollo académico y su experiencia en la Maestría en Ingeniería Electrónica de la Escuela, la ingeniera Pinto Bernal compartió detalles sobre sus avances profesionales recientes.

¿Qué la motivó a estudiar Ingeniería Biomédica inicialmente y luego a seguir con la maestría en Ingeniería Electrónica en el mismo campo?

Siempre había considerado estudiar medicina o ingeniería debido a mis habilidades en matemáticas y mi interés en ayudar a las personas. La ingeniería biomédica se ajustaba perfectamente a mi perfil, ya que combina aspectos de medicina y tecnología. Siempre he tenido la intención de servir a la comunidad, con un enfoque en la investigación, especialmente en avances tecnológicos para la rehabilitación. Por lo tanto, decidí enfocarme en la investigación durante mi maestría, centrándome en la parte biomédica con énfasis en rehabilitación y robótica social, que es lo que estoy haciendo actualmente.

¿Podría brindar una explicación más detallada sobre su área de especialización?

Actualmente, mi trabajo se centra en el campo de la robótica social, que aborda la interacción entre los robots y la humanidad, ofreciendo servicios a la sociedad. Mi enfoque específico se dirige hacia los robots sociales, aquellos que permiten una interacción humano-robot a un nivel ético y empático. Es fundamental que estos robots se comporten de manera adecuada para satisfacer las necesidades de la sociedad. Dado los desafíos y limitaciones presentes en el desarrollo de esta tecnología, es crucial comprender qué necesidades pueden ser abordadas por los robots y cómo pueden servir a la sociedad.

Durante su tiempo en la universidad, ¿hubo algún tema o profesor en particular que despertara su interés en la robótica?

Mi interés en la robótica surgió durante mi pregrado, gracias a varios profesores que me motivaron a profundizar en esta área durante mi maestría. Durante mi formación, tuve la oportunidad de participar en un curso de verano dirigido por profesores franceses, que abordaba temas de rehabilitación, lo cual me resultó muy interesante. Me gustó poder elegir materias relacionadas con la ingeniería biomédica, como la morfofisiología para ingenieros, y explorar la interacción de los sensores con el cuerpo humano. Además, valoré la flexibilidad que ofrecía la Escuela para personalizar mi programa de estudio según mis intereses.

En relación con la maestría que cursó en la Escuela, ¿qué impacto tuvo en usted haberla completado?

La maestría fue fundamental para adquirir y reforzar las competencias que considero importantes para la sociedad, como la ética en la robótica social. Además, me ayudó a desarrollar habilidades en la ejecución de proyectos y a resolver problemas de manera efectiva.

¿Podría describir con mayor detalle su trabajo de grado?

Durante mi trabajo de grado, me enfoqué en el desarrollo de un sistema de detección de fatiga para rehabilitación cardíaca. Este sistema utiliza sensores inerciales para detectar signos de fatiga en pacientes durante la rehabilitación, con el objetivo de prevenir recaídas y daños adicionales al proporcionar una alerta al terapeuta o médico en caso de detectar fatiga durante la sesión de rehabilitación. Uno de los mayores desafíos fue la planificación del proyecto y la gestión del tiempo, especialmente durante la pandemia.

Volviendo al tema de la rehabilitación, ¿por qué considera importante utilizar tecnologías proporcionadas por la ingeniería desde una perspectiva de servicio humanista y empática?

Es crucial comprender que la tecnología, particularmente en el campo de la robótica social, está diseñada para tener una interacción directa con la sociedad, principalmente en la atención médica y la salud mental, donde la interacción con personas vulnerables es común. Estas personas pueden estar más propensas a la soledad o a problemas emocionales, por lo que es vital que la tecnología desarrolle una relación ética y empática con ellas. En este sentido, es fundamental que los robots sean programados para interactuar de manera respetuosa y comprensiva, brindando un apoyo emocional genuino. Mi trabajo actual incluye el desarrollo de una tecnología de robots sociales diseñada para interactuar verbalmente con adultos mayores que pueden sentirse solos o padecer demencia. Esta tecnología no busca reemplazar la intervención humana, sino complementarla, brindando compañía y apoyo tanto a los usuarios como al personal de salud y cuidadores, con el objetivo de proporcionar asistencia y promover la autonomía sin perder de vista el aspecto humano de la atención médica.